_

Normalicemos la renta de ropa, normalicemos el mundo

Si empezamos por aceptarnos, entonces normalizar el mundo ya no será necesario.

Normalicemos la renta de ropa, normalicemos el mundo

Por Fernanda Sánchez 

 

Llevo tiempo dándole vueltas al verdadero significado de la palabra “rentar” y he llegado a la conclusión que el problema radica en que tenemos un pensamiento demasiado literal de esta acción. Pero si en su vez logramos darle la vuelta podríamos tener una perspectiva totalmente nueva de lo que significa la palabra.

En su simple definición la acción ‘rentar’ es la manera de poseer algo ajeno a nosotros sin tener necesariamente el poder adquisitivo que se puede llegar a requerir para hacerlo, razón por la que mucha gente teme rentar ropa, es como si hubiera algo que probar. Pero sería interesante cuestionarnos el otro lado de la moneda el cual sería la adquisición de bienes, acto que puede llegar a deshumanizarnos por completo si lo hacemos por razones incorrectas. Como para encontrar respuestas a nuestras inseguridad y problemas. ¿Qué ironía no? 

 

Una de las necesidades primordiales del ser humano desde principios de la humanidad, ha sido siempre el sentido de pertenencia. Desde mi punto de vista, todo, pero absolutamente todo, comienza ahí. Pues esa búsqueda de aceptación que perseguimos la mayoría del tiempo nos ha orillado en algunas ocasiones a tomar decisiones que nos han restado aún más. Algo por lo que seguramente todos hemos pasado. 

 

Puede que estés leyendo estas líneas y te estés preguntando: ¿y qué tiene que ver la renta de ropa con esto? ¡tiene todo que ver! Pues ese miedo de indagar hasta encontrar el principal motivo por el cual intentamos llenar un vacío comprando o adquiriendo bienes sin sentido, es mucho más común de lo que creemos. Estoy segura que de alguna forma u otra, te estás identificando con alguna experiencia personal. Es por eso, que si no logramos dejar que nuestros sentimientos fluyan de tal manera que nos hagan sentir vivos, entonces no estamos normalizando nada. 

 

Aprendamos a, sí, sentirnos aceptados, pero por nosotros mismos. A querernos y consentirnos porque nos nace. A externar ese amor propio por el cual luchamos día con día. Pues sólo así, existirá una compra que de verdad valga la pena; y que mejor si esa compra se convierte en una renta que le dará mayor vida a esas prendas, ¿no creen? No se trata sobre el valor adquisitivo de las cosas. La renta es una manera tan sencilla pero tan significante de aportar nuestro granito de arena, que además de ayudar, normalizará el mundo. Y con “normal” no me refiero a “ser una persona común y corriente”, pues seamos honestos, nadie es normal y eso es lo que hace que la vida sea tan divertida y espontánea. 

 

Empecemos por usar éste término como un sinónimo de aceptación. Aceptemos todas aquellas acciones que alguna vez nos dijeron que estaban mal. Aceptemos que hay días buenos y malos y que está bien sentir siempre un poquito más. Aceptemos el riesgo de dar todo por nuestros ideales. Aceptemos enamorarnos. Aceptemos equivocarnos. Aceptemos que dejar ir,  a veces nos hace bien. Pero sobre todo, aceptemos que el ser vulnerables es lo más bonito que nos ha regalado la vida. Pues si empezamos por aceptarnos, entonces normalizar el mundo ya no será necesario o, más bien, será cosa del pasado.

Artículos Similares
  1.  RE-evolución RE-evolución La verdadera revolución la encontramos en la evolución.